Miguel Hidalgo, La Independencia de México

Miguel Hidalgo es una de las figuras más reconocidas en la historia del movimiento de Independencia en México. Su nombre completo fue Miguel Gregorio Antonio Ignacio Hidalgo y Costilla y Gallaga Mondarte, nacido en Guanajuato en el Poblado de Pénjamo el 8 de mayo de 1753. Sus padres fueron Ana María Gallaga y Cristóbal Hidalgo y Costilla, ambos españoles.

Realizó sus estudios en el Colegio de San Nicolás Obispo, en el que permaneció hasta convertirse en catedrático de temas como filosofía y teología, culminando con la rectoría del Colegio. Su ordenamiento se llevó a cabo en 1792, siendo enviado a Dolores Hidalgo.

En aquel entonces las ideas del liberalismo habían permeado lo suficiente entre la clase criolla de la Nueva España, movimiento al que se adhirió el cura de Dolores y que consolidó en la conspiración de Querétaro que buscaría la independencia de México.

Comienza así uno de los episodios más importantes en la historia del país, pues aunque muchos otros personajes han permanecido casi en el anonimato habiendo contribuido con recursos y organización para apoyar el movimiento, es Hidalgo al que se le reconoce haber reaccionado junto con otros como Ignacio Allende, Juan Aldama y Mariano Abasolo, entre otros, al lamado de Doña Josefa Ortiz de Domínguez quien alertó del descubrimiento de la conspiración.

Es así que, con el poder de convocatoria, Miguel Hidalgo y Costilla en la madrugada del 15 de septiembre de 1810 llamó al pueblo para iniciar el movimiento que daría la independencia de México, aunque él mismo no lo viera culminado.

La primera avanzada del movimiento, sin embargo, se debe a Hidalgo y a otros militares, las tropas a su mando salieron de Dolores, llegaron a Atotonilco, San Miguel de Allende, entonces conocido como “El Grande”, dirigiéndose hacia Celaya, Salamanca y finalmente Guanajuato.

En la Alhóndiga de Granaditas se llevó a cabo otro enfrentamiento, en el que se confrontaron españoles y tropas insurgentes, siendo vencidos los primeros, por lo que Miguel Hidalgo se dirigió a Valladolid, misma que también se cuenta entre los sitios más importantes que fueron tomados entonces. Valladolid es importante porque ahí planearía la toma de la Capital de la Nueva España, en donde se encontraban representados los poderes centrales.

En su marcha, se produjo el 30 de agosto de 1810 la batalla del Monte de las Cruces, cercana ya a la capital, en donde obtuvo el triunfo, sin embargo, ello significó la confianza de Hidalgo, enviando sus tropas hacia Ixtlahuaca, desprovechando la debilidad que había dejado en la ciudad.

Su plan era atacar a las tropas realistas sorpresivamente y no enfrentarlas en la capital, lo que lo llevó a enfrentarse en Puente Calderón, de donde no obtuvo ventaja, regresando hacia el norte del país. En su trayecto, en Acatita de Baján él y sus tropas sufrieron una emboscada, pues se había anunciado a las tropas realistas su camino, haciéndolos éstas prisioneros.


La fecha de su detención quedó registrada en la historia, el 21 de mayo de 1811, los condujeron a Chihuahua, en donde fusilarían primero a Ignacio Allende, Juan Aldama, y Mariano Jiménez, el 16 de junio del mismo año. A Hidalgo le fusilarían más tarde, el 30 de julio de 1911. Sin embargo, ni la lucha, ni las ideas de los caudillos fueron olvidadas, y aunque la lucha armada culminó hasta 1821, la figura del Cura de Dolores sigue siendo trascendental por su significación, y por la fuerza que impregnó a la lucha de independencia.

Para muchos Hidalgo no fue el héroe histórico que la mayoría reconoce, sin embargo, y pese a sus detractores, para los mexicanos los caudillos que hicieron posible la independencia se encuentran alejados ya de la crítica y la historia oculta, son venerados por el gran valor que tiene la libertad como país independiente.

Artículo Producido por el Equipo Editorial Explorando México.
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