Diego Rivera, Extraordinario Artista Mexicano

(1886-1957) Al resucitar el arte de la pintura mural al fresco, Diego Rivera liberó a la pintura de los estrechos confines del estudio. Redescubrió con su arte las raíces culturales que sobrevivieron a la conquista española, y puso así al pueblo mexicano en contacto de su pasado vivo.

De sangre tarasca, española, rusa y judía, era todavía muy pequeño cuando su niñera lo llevó a su aldea nativa de las montañas para evitar el contagio de una epidemia que azotaba la ciudad. El folklore que absorbió en aquel sitio fortaleció sus raíces autóctonas.

El muchacho demostró tanto talento para el dibujo que se le inscribió en la Academia de San Carlos, de la Cd. de México donde su primera exposición a la edad de dieciséis años le valió una beca para continuar sus estudios en el extranjero.

La influencia europea no logró desarrollar su estilo personal. Durante cierto tiempo practicó la pintura cubista, pero al encontrarse él y Siqueiros en París, enfocaron ambos sus ideas hacia la formación de una escuela de pintura puramente mexicana. Lo último que hizo antes de abandonar el continente europeo fue visitar Italia, donde vio los frescos del Renacimiento y admiró los trabajos de Uccello, y Piero de la Francesca.

Recordándolos a su vuelta a México, Rivera adoptó sus métodos y se lanzó a participar en la campaña mural que acababa de emprender el régimen posrevolucionario. De pronto, casi de la noche a la mañana, nació su estilo maduro.

Realizó grandes murales tanto en México como en Estados Unidos. El retrato de Lenin que pintó en su fresco del Rockefeller Center de Nueva York fue causa de muchas. En su vasto mural Sueño de una tarde de domingo en la Alameda Central, escribió las palabras “Dios no existe”, que subrayaban el anticlericalismo de la Reforma. El arzobispo se negó a bendecir el hotel. Rivera no quiso borrar las palabras ofensivas y el mural permaneció oculto durante muchos años hasta que el autor decidió sustituir la frase.

Sus obras principales: Mural en el Salón de Actos, Escuela Nacional de Agricultura, Chapingo; mural en el Palacio de Cortés, Mural en el Palacio de Bellas Artes, Mural en el Palacio Nacional de México, Mural en el Hotel del prado. Realizó, sin embargo, numerosos grabados en donde expone la vida del campo, la vida rural de México y la etapa revolucionaria.

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Artículo Producido por el Equipo Editorial Explorando México.
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