Los Sindicatos Mexicanos

El Sindicalismo Mexicano, tiene sus orígenes en las primeras décadas del siglo XX, cuando la lucha revolucionaria estableció finalmente en el documento constitucional, el derecho de la libertad de asociación. Desde entonces y con apoyo de los gobiernos federales el sindicalismo en México conformó lentamente grupos representativos de diferentes gremios en el país.

Sin embargo, desde entonces se ha ido estableciendo una dualidad; por un lado, el fin primordial del sindicalismo mexicano debió ser el de la defensa de los derechos laborales de sus agremiados, en función de los cambios, políticos, sociales y económicos. En ese sentido, de los años 30 a los años 80 por lo menos, el movimiento sindical tuvo grandes logros que se instituyeron firmemente en la Ley Federal del Trabajo.

Tal es el caso de una jornada laboral que no debe exceder las 8 horas diarias. Pueden agregarse otras conquistas que fueron originándose de la relación entre las cúpulas sindicales y el gobierno, como días de descanso obligatorio, las prestaciones que amparan la participación en utilidades, periodos vacacionales pagados, derecho a la seguridad social, entre otros que se han conservado, e incluso sobrepasado en el caso de algunos gremios.

La segunda parte de la dualidad, es que el sindicalismo en México se ha ido formulando como un cuerpo social de resistencia, dentro de la cual no se ha permitido el desarrollo económico y estructural del país. Es el caso de Sindicatos de gran significación, por el número de agremiados y la industria o actividad a la que representan, tal como el Sindicato de Trabajadores de Petróleos Mexicanos, mismo que hoy se confronta con el Gobierno por considerar inviables las opciones de reforma energética que supondrían la privatización de sectores importantes de la industria petrolera.

En un caso especial y representativo se encuentra también el Sindicato de Trabajadores del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE), que llegó a una crisis insostenible, en la cual el sistema de pensiones tuvo que ser reformado en 2007, para garantizar la estabilidad de dicho Instituto, en el cual tras largo tiempo hubo una alianza política que derivó en prestaciones que sobrepasaron la capacidad económica de éste.

Otros sindicatos se encuentran en el centro de la discusión, pues el valor fundamental que es la representatividad queda en entredicho, debido al poder económico y político que ciertos líderes adquieren en función de las contribuciones de los agremiados, lo mismo que de las relaciones que pueden llegar a establecerse como fuerzas políticas con otras agrupaciones.

En este sentido, los retos para el sindicalismo mexicano giran en torno a reestructurar sus propios sistemas de representación, mediante los cuales sean electos personas con capacidades de gestión que permitan conservar derechos que respondan a realidades económicas claras. Un sindicalismo moderno implicaría buscar un equilibrio entre el derecho laboral y los modelos económicos que implican mayor capacitación y especialización.

Artículo Producido por el Equipo Editorial Explorando México.
Copyright Explorando México, Todos los Derechos Reservados.
Foto-Logo Tomado de Wikipedia.Org Ver Autor y Licencia