PACHUCA
“La Bella Airosa” es una ciudad de color, tradición y hermosos paisajes. Capital del estado desde su fundación, Pachuca tiene historia, naturaleza y folclor mexicano para todas las edades. Comenzando por los más pequeños, el Rehilete Museo del Niño es uno de los mejores museos de todo México. En él, los niños aprenden divirtiéndose en las modernas salas de experimentos de arte, naturaleza y computación.

Como es de esperarse, también cuenta con dos importantes museos relativos a la minería, tradición hidalguense; el Museo de Minería y el Museo de Mineralogía. Este último exhibe sobre bellos muebles franceses y mexicanos de la época del porfiriato 700 muestras de minerales de la entidad y otras 500 aproximadamente de minerales de otras partes del mundo.

Otros lugares históricos y de hermosa arquitectura son el Mercado de Barreteros, el Reloj Monumental, la Casa Rule, el Templo y Exconvento de San Francisco, la Plaza de Toros y el edificio de las Cajas Reales.


SITIOS ARQUEOLÓGICOS
Una visita a Hidalgo no está completa si no se conoce al menos una de las antiguas ciudades del imperio tolteca, dirigentes de Mesoamérica.

En Huapalcalco se vive la experiencia de estar en el lugar del asentamiento humano organizado más antiguo de Hidalgo. Habitado por ancestros toltecas, aún se conserva en pie una pirámide de 8 metros de altura y un altar de sacrificios humanos. Según estudios arqueológicos recientes, esta ciudad fue la antecesora de Tollan o Tula de Allende, por lo que también es conocida como “Tula Chica”.

Como capital del imperio tolteca, en el año 713 d.C., nació Tula de Allende bajo el nombre de Tollan. Con 15 km2 de superficie, fue un complejo centro urbano conformado por barrios cada uno con su propio centro administrativo y religioso. La sociedad, dividida en numerosas clases sociales jerárquicas dirigidas por una gran dinastía familiar.

Sin embargo, el rasgo más importante de esta gran urbe era su identificación como la ciudad del rey-sacerdote Ce Ácatl Topiltzin Quetzalcóatl, quien funda Tollan y tiempo después tiene que luchar contra Tezcatlipoca y sus seguidores y es vencido por este dios de la guerra y del sacrificio humano.
Aún en pie se conservan las paredes del Palacio Quemado decoradas con figuras del imperio indígena, así como los Atlantes, antiguos guardianes del adoratorio al dios Quetzalcóatl. Rastros de los patios para el juego de pelota indican que en esta ciudad los guerreros toltecas hacían despliegue de sus grandes habilidades para coronarse campeones con el trofeo de la muerte.

La importancia de la dinastía de Topiltzin es tal que, después de la caída de Tollan los aztecas saquean la antigua ciudad para llevar algunos de sus monumentos a adornar la gran Tenochtitlán.

Por último, Xihuingo es una antigua ciudad tolteca, importante corredor comercial entre las culturas indígenas de la época, conserva las pirámides del Tecolote. Además, tiene una pequeña calzada que se cree fue el modelo que los aztecas tomaron para construir su Calzada de los Muertos de Tenochtitlán.

REAL DEL MONTE
Pintoresco pueblo minero de calles adoquinadas y cuna del futbol en México. Recorrer sus calles y visitar sus minas nos remonta a la época colonial cuando la extracción minera era el motor de la entidad y razón por la cual se estableció aquí la comunidad más alta del país a 2,770 metros de altura sobre el nivel del mar. Exuberantes bosques de pino y oyamel enmarcan los basaltos columnares de Peñas Cargadas que permiten practicar el alpinismo y campismo. Las antiguas minas de plata La Rica, La Purísima, La Dificultad y Dolores aún producen suficiente plata para la elaboración de delicada joyería como brazaletes, collares y anillos.

Y así, Hidalgo está conformado por numerosos pueblos y pequeñas ciudades ricas en escenarios naturales con frondosos bosques, ríos, lagunas, formaciones rocosas, miradores, minas, aguas termales y sierras que enmarcan coloridas y rústicas construcciones que nos hacen sentir en la época colonial mexicana. Los templos y conventos franciscanos, las visitas a las profundas minas, las deliciosas creaciones culinarias del más puro origen prehispánico o español y la cálida hospitalidad del hidalguense en Tulancingo, Epazoyucan, Mineral del Chico, Mineral del Monte, Huasca, Calnali, Acatlán, Meztitlán, Huejutla de Reyes, Atlapexco, San Felipe Orizatlán, Molando, Tenango de Doria, Metepec, San Bartola Tutepec y muchos otros lugares mágicos que hacen de Hidalgo un lugar donde el tiempo transcurre sin olvidar su historia.