Yaxchilán, Un Paraíso Maya

Yaxchilán es una ciudad perdida en la jungla, en el centro de la Selva Lacandona. Su origen data de hace dos mil años, cuando una pequeña aldea se transformó a través de los siglos en una de las ciudades más poderosas de la Cuenca del Usumacinta, el río más caudaloso de México y más largo de América Central. Su máximo esplendor sucedió entre los años 550 y 900 D.C., durante lo que se conoce como el Periodo Clásico Tardío de la civilización maya.

La ciudad de Yaxchilán, fundada en el siglo IV, se convirtió en uno de los reinos más poderosos de la cultura maya. Los reyes de Yaxchilán construyeron templos, pirámides y palacios de lujo alrededor de la gran plaza que se extiende sobre las costas del Río Usumacinta.

A pesar de que la extensión de la ciudad es muy vasta, el público sólo tiene permiso de visitar la Gran Plaza, la Gran Acrópolis, la Acrópolis Pequeña y la Acrópolis Sur. En varias de las construcciones se encuentran todavía los dinteles que narran la historia dinástica de la ciudad. La emoción acompaña el ascenso por la escalinata que comunica a La Plaza con la Gran Acrópolis, presidida por el magnífico Edificio 33, el más soberbio de la ciudad. La escultura decapitada del Pájaro Jaguar IV es sobresaliente, ya que Yaxchilán alcanzó su fisonomía y consolidó su hegemonía bajo el mando de este gran gobernante. Una leyenda lacandona cuenta que cuando la cabeza de Pájaro Jaguar vuelva a su sitio, el mundo será devastado por los jaguares celestes.

La barrera natural formada por el Usumacinta protegió a la ciudad de la invasión extranjera. Sin embargo, durante la temporada anual de lluvias, Yaxchilán se convertía en una isla por la creciente del río. Es por esto que construir una forma de pasar por sobre el río durante todo el año se convirtió en una absoluta necesidad para poder tener comunicación durante todo el año.

Los mayas resolvieron este problema de transporte construyendo un puente suspendido de 100 metros de longitud por sobre el río durante el siglo VII. El puente maya en Yaxchilán era el más largo de la antigüedad, desde su construcción hasta la segunda mitad del siglo VII, conectando a la ciudad de Yaxchilán con la costa norte. Su tramo central de 63 metros continuó siendo el más largo del mundo hasta la construcción de uno en Italia en 1377.

Esta asombrosa hazaña de ingeniería estuvo escondida en la selva de México hasta que las ruinas de su estructura fueron investigadas y reconstruidas por simulación en computadora y técnicas de arqueología por James A. O’Kon y publicado en la revista National Geographic.

De difícil acceso, este sitio se mantiene al alcance de los pocos que se atreven a emprender la travesía. En realidad sólo existen dos formas de llegar a Yaxchilán, una consiste en recorrer la Carretera Fronteriza del Sur, proveniente de Palenque, para después realizar un recorrido de una hora en lancha por las aguas del Río Usumacinta. La otra forma de acceder es por vía aérea, rentando un viaje privado en avioneta.



Artículo Producido por el Equipo Editorial Explorando México.
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Foto: Kudumomo