La Sanmiguelada, Tradición Suspendida en México

San Miguel Allende, en el Estado de Guanajuato, celebra desde 1973 una ya muy arraigada tradición, la Sanmiguelada. Festejada el tercer sábado de cada septiembre, durante tres décadas ha convocado a más de 50 mil turistas nacionales y extranjeros.

Consiste en un encierro taurino por las calles de la ciudad, imitando a la Pamplonada de España. Los asistentes son en su mayoría jóvenes y empiezan el festejo desde la noche anterior. Citándose en este “pueblo mágico”, conviven distintas nacionalidades y culturas para recorrer las hermosas calles de esta ciudad colonial.

En el sábado que cae entre el Día de la Independencia de México y el festival del santo patrón de la ciudad, San Miguel Arcángel, la ciudad cambia su tranquilidad por la emoción de la Sanmiguelada. Las calles que rodean al jardín principal del centro de la ciudad se cierran para marcarles el camino a los toros. Los centros de primeros auxilios se establecen y los espectadores van tomando sus lugares.

La tensión va subiendo de tono, hasta culminar con el estruendo de la señal de salida. Entonces salen corriendo los toros por entre las callejuelas de la ciudad. Estos bravos animales no han sido domesticados y corren despavoridos porque ya han estado confinados por demasiadas horas. Conforme avanzan los toros, crece el número de audaces que se atraviesan en su camino y también, desafortunadamente, las anotaciones en el pizarrón, anunciando el número de heridos. Todos los que asisten a la gran Sanmiguelada, continúan celebrando toda la noche, mientras bailan y cantan al son de mariachis, beben tequila y cerveza.

Además de fomentar las tradiciones culturales de México, este festejo genera una gran derrama económica para la región. Pese a esto, el alcalde Jesús Correa ha decidido suspender el festejo por considerar que no está vinculado a las tradiciones mexicanas, implica un gasto extraordinario en restauración de inmuebles históricos y rebasa la capacidad de la ciudad en materia de seguridad.

Se planea continuar la tradición de reunirse en San Miguel cada septiembre, pero los toros serán sustituidos por una exhibición ecuestre y música de orquesta. Hay muchos quienes apoyan esta medida, argumentando que la Sanmiguelada era una fiesta con demasiados excesos. Otros luchan por conservar esta tradición, apelando a los ingresos de entre cinco y seis millones de dólares que se recibían en esos dos días de festejos.

Aunque la Asociación de Hoteles y Moteles de San Miguel de Allende está en contra de esta cancelación por las grandes pérdidas de ingresos, el Consejo Turístico apoya esta decisión.

Los estragos de la fiesta pasada que orillaron a decidir cancelar futuras ediciones de la Sanmiguelada, incluyen un conato de pleito con armas de fuego entre los asistentes y tres millones de pesos invertidos en reparar los jardines y las fachadas de muchos inmuebles maltratados tras la celebración.

La razón más fuerte para abolir una fiesta, famosa por sus destrozos y salvajismo, se encuentra en el nombramiento que recibió esta célebre ciudad en julio 2008 en la ciudad canadiense de Montreal. En un acto solemne, la UNESCO reconoció a San Miguel de Allende en Guanajuato como Patrimonio Mundial de la Humanidad en la categoría de Bien Cultural, bajo el rubro de Ciudad Histórica. Con esta inclusión, México cuenta ya con 10 ciudades históricas con tal distinción, el país con el mayor número de bienes culturales inscritos. Estar inscrito en esta lista conlleva una gran responsabilidad de preservación, por lo que volver a celebrar la Sanmiguelada sería impertinente.

Artículo Producido por el Equipo Editorial Explorando México.
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Foto Portada: Esparta