En el año de 1517, cuando los españoles arribaron a la costa campechana, la sociedad maya era controlada por los señoríos de Acalan, Ah Kin Pech, Champotón y Ah Canul. El líder local Moch Couoh derrotó a los invasores en numerosas ocasiones, hasta que a su muerte y gracias a la división de poderes del territorio indígena, pudieron tomar control, bautizándola oficialmente como Villa de San Francisco de Campeche por Francisco de Montejo, “El Mozo”, en el año de 1540.

La ventajosa posición de puerto que detenta la actual capital campechana fue aprovechada por el nuevo gobierno español, resultando en un auge de la actividad mercantil. La sal, maderas preciosas y el Palo de Tinte (madera de un árbol llamado de tinta ya que de él se pueden sacar colores como el azul y el violeta), eran enviados al extranjero a través de su puerto. Pero esto resultó atractivo no sólo para los conquistadores ahí instalados, sino también para los piratas europeos que durante el siglo XVII se dedicaron a atacar a la población campechana. Hasta que en 1704 se terminó la construcción de un amurallado de forma octagonal y con 8 baluartes (fortificaciones ubicadas en el punto donde convergen dos lienzos de muralla), el cual se adentraba hasta el puerto forzando a que los barcos que querían encallar en el mismo entraran a la fortificación.

Iniciados los trabajos en el siglo XVI, es hasta finales del siglo XVIII que logra completarse la fortaleza campechana de más de 2 km de longitud con 8 baluartes - de San Juan, Santiago, la Soledad, San Carlos, Santa Rosa, San Francisco, San Pedro y San José y las Puerta de Tierra y Puerta de Mar. Y es que a pesar de que los ataques piratas no duraron mucho tiempo, la amenaza de los enemigos españoles a comienzos del siglo XVIII hizo temer a los colonizadores por el resguardo de los puertos de entrada a la Nueva España. Resultando Campeche, en uno de los puertos mejor protegidos de toda la colonia española.

Dentro de los confines del amurallado hexagonal se establecieron las familias de los ricos españoles y criollos que controlaban la economía de la zona, además de los religiosos y las autoridades políticas. En los barrios situados alrededor de la muralla como el de Santa Ana, eran habitados por los indígenas, esclavos negros, mestizos y mulatos.

En el año de 1777, el rey español Carlos III, le otorga el escudo de armas y el reconocimiento oficial de ciudad a Campeche, en reconocimiento por el gran servicio prestado por los marinos campechanos en la defensa de la colonia española.

La ciudad amurallada de Campeche fue declarada Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO en 1999, gracias al intenso trabajo de restauración realizado por el gobierno del estado. Hoy en día, los bellos edificios coloniales de la Catedral de Nuestra Señora de la Purísima Concepción, el Ex - Templo de San José, la Mansión Carvajal, la Casa de la Cultura y la Casa de las Artesanías, constituyen un legado histórico invaluable para nuestro país.

Actualmente, la ciudad de Campeche no sólo es atractivo turístico sino también es una capital con infraestructura moderna, cuenta con un puerto marítimo y un aeropuerto internacional, y una extensa red carretera que le conecta con el resto del estado. Además, el 31% de los 754,730 habitantes de la entidad, radica en esta ciudad portuaria según datos del Censo Nacional de Población y Vivienda, 2005.

Localizada a nivel del mar dentro del municipio de Campeche, junto con los poblados de Castamay, San Agustín Olá, Nilchí, San Camilo, San Atonio Cayal, Tikinmul, Chiná, Imí y Samulá y la villa de Lerma. La temperatura promedio anual es de 26ºC, sin embargo en verano el termómetro alcanza los 43ºC. De junio a octubre es el periodo de lluvias, y en verano se presentan los ciclones o tormentas tropicales.